ENSEÑANZA
No. 209
08-209.01
A medida que se acerca el tiempo señalado para que esta forma de entregaros mi
enseñanza termine, vais penetrando más y más en mi divino mensaje.
08-209.02
Sabéis que mientras os he estado entregando mi palabra, el mundo ha vivido sin
sentirme ni escucharme.
08-209.03
Pocos son los que han sabido de mi venida, el resto de la humanidad se encuentra
esperando que cuando yo vuelva según mi promesa, lo haga en materia, o sea que
me haga hombre nuevamente.
08-209.04
Sólo vosotros sabéis que ya os encontráis en el Tercer Tiempo, en el cual he
venido a hablar a vuestro espíritu a través de los escogidos para portavoces
de mi palabra.
08-209.05
Si la ciencia humana os da muestras de su desarrollo, reconoced que ello revela
también evolución espiritual. El hombre en cada Era ha ido dejando su huella
de progreso que van asimilando los que vienen después.
08-209.06
La ciencia es luz de mi sabiduría que inspira y revela sus misterios a los
hombres. El científico que posea un espíritu elevado, no me buscará a través
de ritos, porque su don de ciencia a cada instante lo acerca al Padre que es la
ciencia Divina. Ese hombre no deberá de envanecerse nunca de su obra, porque es
aquel que mientras más descubre, más pequeño se siente. Tampoco podrá negar
mi existencia porque a cada paso contemplará en la naturaleza la huella del
Creador.
08-209.07
Discípulos: También en vosotros he depositado dones que debéis de
desarrollar, para que podáis ser los que con palabra sencilla pero llena de
verdad, cimentéis esta Doctrina en el corazón de vuestros hermanos.
08-209.08
La semilla de la espiritualidad, que siempre he sembrado en el mundo, es la que
una vez más dejaré en este tiempo. Esa semilla encierra el secreto de una vida
mejor.
08-209.09
Si hoy la humanidad combate entre sí, sí está dividida en creencias, en
clases y en razas; si los hombres no se aman, ni se comprenden, ni tienen
caridad, es porque en su corazón no germina mi semilla de amor, mas en este
tiempo en que vengo como rocío de gracia sobre los campos, mi semilla guardadla
en el corazón de toda criatura humana, germinará y fructificará.
08-209.10
Así como en el Segundo Tiempo os anuncié mi venida, así ahora os anuncio la
guerra de credos, de ideas y de religiones, como el anuncio precursor del
establecimiento de mi reino de espiritualidad entre los hombres.
08-209.11
Mi palabra, como espada de fuego destruirá el fanatismo que ha envuelto por
siglos a los hombres, descorrerá el velo de su ignorancia y mostrará el camino
blanco, luminoso, que conduce a Mí.
08-209.12
Cuando la humanidad por su regeneración, sea sensible a lo espiritual, no sólo
en el espíritu sino aún en la materia, no habrá menester del rigor de las
leyes, ni de la justicia de la Tierra para conducirse bien, porque entonces cada
hombre podrá ser su propio guía y su propio juez.
08-209.13
Mi Doctrina no establece dogmas, ni ritos, sólo inspira el bien. Mi Doctrina
espiritual no sujeta a nadie a formas determinadas, ella es una perpetua
invitación al camino de la verdad.
08-209.14
Llegáis bajo la sombra del árbol corpulento, donde sabéis que está Aquél
que os ofrece el pan de Vida Eterna. Ese alimento que os da fuerza para resistir
la jornada.
08-209.15
Ha venido el verbo entre vosotros para abrir una nueva Era.
08-209.16
Siempre os he enviado mensajes espirituales invitándoos a la elevación, porque
la materia, como pesado eslabón, encadena al espíritu a la Tierra.
08-209.17
En vuestra evolución, habéis llegado a comprender que vuestro destino no
depende de la materia sino de mi voluntad.
08-209.18
No siempre está conforme el hombre con mis designios y me muestra su
inconformidad y su desobediencia. Muchas veces me ha llamado injusto y ha
tratado de penetrar en mis altos juicios. Otros, al no conseguir de Mí lo que
solicitan, dudan de mi poder y después, cuando lo han logrado, lo atribuyen sólo
su esfuerzo. De ahí que lleguen a creerse dioses y reyes, olvidando a Aquél,
que puso espíritu en el hombre y lo rodeó de una Naturaleza maravillosa.
08-209.19
¿Podría el hombre con toda su ciencia crear algo de lo que Yo he formado? No,
pueblo.
08-209.20
La ciencia humana tiene su límite y Dios Creador no lo tiene. La ciencia es
luz, pero en manos de muchos hombres se convierte en tinieblas. En cambio, en el
Universo todo habla de Mí. Todos los elementos elevan un canto de vida y de
amor. Y no obstante que voy diciéndoos a través de todo lo creado: Aquí
estoy, vais buscando mi imagen en obras imperfectas hechas por manos de hombres.
Entonces sí, ante ellas os inclináis y las adoráis impidiendo a vuestro espíritu
toda elevación.
08-209.21
Vengo a daros amor, porque no encuentro un hombre cuyo corazón se entreabra
para hacer suyo el sufrimiento ajeno. Aquellos a quienes confío riquezas y
poderes para servir a sus semejantes, van negando toda caridad, y aun los que
dicen representarme en la Tierra, rodeados de su opulencia y vestidos como
reyes, cierran su oído y su corazón al lamento del que va en pos de amor y
caridad.
08-209.22
Esos no son mis caminos. El sendero que Yo he trazado es el del bien, por eso
una vez más os digo: Mi palabra es mi camino, porque siempre os habla de
virtud, de moral y de amor.
08-209.23
Estoy haciendo sensible a vuestro corazón para grabar en él mis enseñanzas y
para que os sintáis en verdad alimentados por el pan de la vida eterna.
08-209.24
Amo a todos por igual, sin embargo no todos me escucharán en esta era. Como en
el Primero y Segundo Tiempo, he escogido un lugar de la Tierra para congregar en
él a los que han de oírme.
08-209.25
En cada religión se levantan al frente de ellas hombres que se dicen mis
enviados, mis escogidos, mis predilectos, mas Yo no contemplo un solo justo por
el cual pueda redimirse la humanidad. No hay labios que puedan hablar como Yo en
Jesús os hablé en aquel tiempo.
08-209.26
En medio de un torbellino se agitan los seres humanos y en medio de su caos,
sufren y gimen ante la amenaza de la guerra.
08-209.27
Podían aquellos pueblos haberse sustentado espiritualmente, mientras Yo
tornaba, con mi palabra del Segundo Tiempo, pero aquel pan ha sido ocultado o se
ha adulterado. Y ahí tenéis a los hombres, caminando libres unos, indiferentes
otros, fanáticos e ingratos los más.
08-209.28
¿Cuándo logrará el rico acaudalado, saber repartir su riqueza entre los
pobres?
08-209.29
¿Cuándo sabrá el hombre regiamente ataviado despojarse de sus vestiduras para
cubrir al desnudo? La humanidad está hambrienta de ejemplos y necesidades de
justicia y caridad.
08-209.30
Es que se han olvidado que Yo he renunciado a mi Reino para habitar con vosotros
y daros todo cuanto hay en Mí. ¿Dónde están mis representantes los que en
verdad me imiten?
08-209.31
A vosotros os digo: Os he llamado para heredaros nuevamente, concediéndoos
potestad para sanar a los enfermos con el bálsamo de mi amor que es mi propia
sangre.
08-209.32
¡Conoceos a vosotros mismos, para que comprendáis que aún sin mérito, os he
hecho dignos de mi gracia y contemplad esos seres que cual oveja perdida elevan
su queja! Ved a los hombres llegar al hogar con sus manos vacías, oíd la voz
del dolor y de la desolación.
08-209.33
Mirad vuestra mano y en ella hallaréis potestad y consuelo para remediar esas
penas. ¿Porque dudáis de esta gracia? Dejad que arda en vuestro corazón la lámpara
de la fe, que ella se convierta en antorcha; no cerréis vuestro corazón,
porque entonces os convertiréis también en ricos avaros. Ved que tenéis que
testificarme y hablar de Mí, mas si no lo hicieseis, las piedras darán
testimonio de Mí.
08-209.34
Yo soy poder y justicia, pero no queráis que os demuestre estas lecciones por
medio del dolor o de los elementos desatados. Esperad que sea mi efluvio divino
el que os envuelva y mi amor el que siempre os bendiga.
08-209.35
Mi Espíritu Divino se presenta para mitigar vuestros sufrimientos, porque muy
probados habéis sido en vuestro camino. Y el Maestro de la humildad desciende a
traeros su lección y su consuelo.
08-209.36
A veces os reclamo vuestra falta de cumplimiento a mi Ley, porque hace mucho
tiempo que os la di, marcándoos con ella el sendero perfecto.
08-209.37
Ya no es tiempo que ocultéis mi Doctrina en vuestro corazón, aprended a
mirarme y a sentirme, para que no os confundáis.
08-209.38
Os he hecho poseedores de infinitas grandezas, pero de ellas no sabéis
participar a vuestros hermanos.
08-209.39
Ha sido menester repetir mucho la lección que vengo dándoos desde 1866, para
que ésta pudiera grabarse en vosotros, y por ella sabéis que jamás os
conduzco hacia el retraso. Amorosamente os ayudo para llevaros por el camino
verdadero. Os he hablado con suma sencillez dentro de vuestro idioma, para
hacerme comprender y para que podáis analizar mi palabra.
08-209.40
Contemplo que os habéis detenido en la mitad del camino y que vuestra elevación
es escasa, mas, volved vuestra faz y mirad al mundo que llora, al incrédulo que
se mofa de mi palabra; contemplad también al sediento de amor y de luz. Mas
vosotros, discípulos, no podéis decir que sois ignorantes, ni enfermos, ni
menesterosos o débiles, porque sería negar cuanto os he dado. Entonces tendréis
que recordar aquellas palabras que vertí “¡Ah, hombres, de poca fe!”
08-209.41
Son pocos los corazones que han sabido elevarse y que escuchan mi palabra en
donde ella está. Y son muchos los que en vez de acercar su espíritu hacia Mí,
vienen sólo a presentarme su vida terrenal con sus miserias y necesidades. He
ahí el por qué de vuestra debilidad y de la falta de unión entre el pueblo.
¿Cuándo vais a olvidaros de vosotros para pedirme por el mundo?
08-209.42
Lloran las madres porque su consejo no es oído por los hijos; la ciudad
desolada me presenta el vacío de su vida. La esposa me muestra su corazón
incomprendido por su compañero y todos olvidáis que ése es el camino que
conduce a la Tierra Prometida: el del sacrificio. “En el hueco de mi mano
existe el destino de cada uno de vosotros.”
08-209.43
Sed conformes y si mucho sufrís, Yo estoy con vosotros.
08-209.44
No aumentéis vuestro dolor, juzgando a vuestra manera aquello que solamente Yo
puedo juzgar.
08-209.45
Pensad que os amo, no soy insensible a vuestras penas y que os comprendo en
verdad. Mirad cómo estando vosotros tan cerca de Mí, aún cometéis tantas
faltas, mas Yo os perdono.
08-209.46
Hay quienes ante el peso de las pruebas, dudan de mi presencia, se apartan del
camino y buscan aquél que dejaron, con la esperanza de encontrar lo que creen
haber perdido, pero vuelven sus miradas a mi Obra, cuando contemplan vacías sus
manos y su espíritu impotente ante los grandes dolores universales, la peste y
la muerte, que toca a las puertas de las naciones y os amenazan también, porque
el presagio de una nueva guerra les conmueve.
08-209.47
No imitéis en su incredulidad a los que me piden pruebas para creer en mi
existencia, a los que me dicen: “Haz que cese la guerra en un instante,
derrama el pan en todas las mesas y creeré en Ti”
08-209.48
Os digo una vez más que sólo os restan tres años, para que finalice esta
comunicación con vosotros y debéis aprovechar los instantes para que podáis
invitar al mundo, con sus sectas y religiones al camino de la luz y de la
espiritualidad, en donde todos podrán penetrar en comunión conmigo, de espíritu
a Espíritu.
08-209.49
Esto será cuando el fanatismo y la idolatría sean arrancados del corazón de
los pueblos.
08-209.50
Estaréis entonces como navegantes en medio de un mar embravecido, confiando en
la barca salvadora.
08-209.51
Aún tendré que hacer el llamado a todos aquéllos que perteneciendo a las
Tribus de Israel, dispersos pueden encontrarse, para que den también
cumplimiento a su misión. Entonces la humanidad oirá mi voz y contemplará la
luz resplandeciente de la aurora, alumbrando a los que moran en esta Tierra.
08-209.52
No os familiaricéis con mi palabra y al oírla no miréis por cuál portavoz os
la estoy transmitiendo. Penetrad en ella y buscad su esencia para que vuestro análisis
sea perfecto.
08-209.53
La esencia es el sabor de lo divino.
08-209.54
Lo que vais a oír y a contemplar no es la ceremonia rutinaria, ni el rito que
impresiona vuestros sentidos, porque la solemnidad de esta manifestación está
en el interior de vuestro espíritu.
08-209.55
En estos instantes no estáis dentro de las cuatro paredes de este recinto,
antes, Yo he esperado vuestra elevación para que logréis la comunicación con
mi Divinidad en el verdadero culto interior. Os he permitido la construcción de
estos recintos, para que en ellos encontréis el recogimiento, el silencio y la
unificación de vuestros pensamientos, por medio de lo cual atraeréis a mi Rayo
Divino. Mas estas cuatro paredes no son mi templo. Estos recintos son lugares
destinados para vuestras reuniones, porque el verdadero templo, mi santuario,
está en vuestro corazón.
08-209.56
Me preguntáis si después de 1950 desaparecerán estos recintos y os contesto:
No, vosotros no sabéis por cuánto tiempo os concedo estos lugares. Porque
mientras no exista en el pueblo el conocimiento de mi Obra, la elevación y la
firmeza en mi Ley, no podréis prescindir de ellos. Después de mi partida, en
el día consagrado al descanso, os reuniréis, no como una tradición o
conmemoración, sino para recordar y analizar mi palabra y la del Mundo
Espiritual; para que os deis unos a otros testimonios verdaderos de mis
prodigios en vuestro camino; para que sigáis unidos amándome rindiéndome
culto agradable y no vaya a enfriarse vuestro corazón ni a caer en hastío, en
fanatismo o en materialismo.
08-209.57
No sabéis el tiempo que aún os conceda a estos lugares, porque después de
1950, todavía se seguirán fundando nuevos recintos, no para que en ellos
resuene mi palabra a través del portavoz, ni para que se presente el Mundo
Espiritual, porque esos tiempos habrán pasado, sino para que en ellos se
entregue mi palabra y mi Doctrina limpia y pura cual Yo os la he entregado. Y en
aquel ambiente de paz estará mi presencia, la de María, la presencia de Elías
y la del Mundo Espiritual. Ahí sanará el enfermo, abrirá el ciego sus ojos a
la luz, el profano conocerá el respeto, el pecador se redimirá y todos
alcanzarán según sus necesidades, para que siga esparciéndose el agua
cristalina, el buen fruto y la buena simiente.
08-209.58
No sabéis si en la presente encarnación llegaréis a conocer el verdadero
Templo de mi Divinidad, pero tenéis la misión de preparar el camino. Si no
alcanzáis la meta, por lo menos dejad el camino preparado para vuestros hijos o
para que los hijos de ellos lleguen a penetrar en el Templo de mi Divinidad y
entonces llegaréis a comprender que no sólo en estos recintos se encuentra mi
presencia; que no sólo en ellos debéis postrar vuestro espíritu, y reconoceréis
que el Templo de la Divinidad es el Universo, vuestro corazón el altar, vuestra
fe la lámpara y la ofrenda. La creación también es templo: Hasta el polvo que
vuestras plantas pisan. Los montes son altares que se elevan hacia Mí. Los
valles con su césped y sus flores me entregan su ofrenda. El astro rey, todos
los luminares y planetas, son mundos que me rinden su tributo de amor y doquiera
que piséis o miréis, ahí está mi Espíritu Divino, como Padre. Entonces
reconoced que vosotros eternamente vivís dentro del templo.
08-209.59
Cada quien lleva en su interior un templo y también vuestro hogar es santuario,
porque en él mora la familia humana que es semejante a la familia espiritual.
Ahí en el seno del hogar está mi mejor templo.
08-209.60
Más hoy contemplo que la verdadera luz no es comprendida por los hombres que
caminan distantes del sendero. Contemplo que el único sitio en donde se elevan
a Mí, es el Templo material.
08-209.61
Veo el caos entre la humanidad, el desconocimiento hacia las leyes humanas y
divinas. Mi Doctrina ha sido ocultada en este tiempo y se ha tomado como algo
que pertenece al pasado; por eso los hombres sucumben, las instituciones se
dividen y hacen mofa de lo más sagrado. Así encuentro a la humanidad desconociéndose,
destruyéndose, dándose muerte; confundiendo al espíritu con la materia, lo
divino con lo humano, y la luz con la tiniebla.
08-209.62
En este tiempo de confusiones y maldades he escogido una Nación desconocida y
menospreciada; la Nación Mexicana, para hacer el llamado hacia ella a los
escogidos que se encuentran morando en otras naciones, para reunirlos en torno mío,
pulimentarlos con el cincel de mi palabra, entregarles cargos y ya preparados y
llenos de amor, enviarlos como emisarios de mi Obra por todo el Orbe.
08-209.63
Esta es la responsabilidad que pesa sobre las multitudes que escuchan mi divina
palabra.
08-209.64
Vengo depurando a mi pueblo y apartando sus imperfecciones, pero esta depuración
no será solamente en vuestras prácticas espirituales; penetrará también en
vuestros hogares. Yo he surgido como un torbellino y su fuerza hace caer todos
los malos frutos, quedando entre el follaje del árbol espiritual y del árbol
humano, solamente los buenos frutos, porque se acerca el tiempo de prueba en que
la humanidad venga a escudriñaros.
08-209.65
Mi obra será vista como una nueva secta, los hombres os escudriñarán en
vuestra vida interior, en el hogar, en el trabajo, en todos vuestros deberes, y
si no estáis preparados para dar testimonio de Mí, si mi palabra no la confirmáis
con vuestros hechos, seréis como aquellos fariseos hipócritas que bajo la
impecable túnica escondían la podredumbre de su corazón.
08-209.66
El juicio de vuestro Señor será en el último año de mi estancia;
principalmente el día de mi partida será sentido por todos y contemplado por
todo ojo pecador y no pecador. A todos preparo para que seáis los verdaderos
portadores de mi palabra, de la palabra que en este tiempo os entregó el Espíritu
Santo.
08-209.67
Conservad calma y serenidad porque habéis penetrado en el tiempo de la lucha
que hace mucho os anuncié. Esta lucha será entre vosotros mismos; en ella
esgrimiréis las mismas armas. Los que me comprenden y me aman, esgrimirán sus
armas en pro de mi causa; los que no me han comprendido las pondrán al servicio
de su propia causa. Más al final, la verdad triunfará. Ha tiempo que os dije:
recordad una parábola del Segundo Tiempo. “Dejad creced juntos el trigo y la
cizaña y segad hasta que ambos hayan fructificado, para poder apartar el trigo
y arrojar al fuego la cizaña” Yo, el Buen Labriego, he dejado crecer en
vuestro corazón el trigo de mi palabra junto a la cizaña del pecado, mas ha
llegado el tiempo de segar con la hoz de mi justicia para que en el corazón de
mis labriegos y en el seno de sus hogares quede solamente la semilla de la
verdad y del amor.
08-209.68
No analizáis mi enseñanza y por eso las pruebas os sorprenden como
inesperadas. Esta es la causa por la que os dividís y no os comprendéis,
porque al cumplirse mi palabra, no estabais preparados. Aún os preparo para que
tengáis serenidad y paz y dejéis que el torbellino arranque todos los frutos
malos; porque todo lo que no dé vida, fruto o sombra, morirá. Bajo la fuerza
del vendaval muchos árboles caerán, muchos labriegos volverán la espalda,
muchos guías querrán devolverme la misión a ellos encomendada mas mi voluntad
es que os corrijáis.
08-209.69
Llegará el tiempo en que todos aquellos que hayan vuelto la espalda, despierten
y contritos retornen diciéndome: “Maestro, cuán limpia es vuestra Obra”.
08-209.70
Lo que hoy acontece en el seno de este pueblo, también acontece en todas las
naciones del mundo. Yo me he hecho presente a todos con mi espada de justicia y
no sólo en este Orbe: también en el Mundo Espiritual y en todo sitio donde
mora un espíritu imperfecto para iluminarlo, purificarlo y perfeccionarlo. El
mismo que os habla en este instante, os habló en el Segundo Tiempo y de todas
las muchedumbres que me escucharon por la Galilea, a sólo doce escogí y por
ellos extendí mi Doctrina por el mundo, a través de largos caminos. En
aquellos tiempos a muchos pareció fantasía la palabra de Jesús; tampoco
faltan ahora quienes piensan lo mismo del Espíritu de Verdad. Más antes pasarán
los cielos y la Tierra que dejar de cumplirse mi palabra.
08-209.71
¿Quién podrá perseguiros o acusaros de prevaricadores o lanzaros calumnias si
cumplís con mi Doctrina? Mas sólo enseñaréis lo que os he enseñado: El
amor, el culto interior, el conocimiento del verdadero templo de mi Divinidad.
¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!