ENSEÑANZA
No. 202
07-202.01
Ved con la mirada de vuestro espíritu la estrella que os conduce ante la
presencia de vuestro Padre.
07-202.02
He aquí al Salvador, que viene a traeros en su palabra el divino calor que
necesitan vuestros espíritus angustiados por el doloroso peregrinaje de la
vida.
07-202.03
Si por el dolor os acercáis a Mí, es mi amor quien os recibe; confiad y
penetrad en la solemnidad de esta manifestación.
07-202.04
Quiero estar con vosotros, tan cerca de vuestro corazón, que sintáis
verdaderamente mi presencia. Quiero que vosotros y Yo seamos uno en la armonía
y ternura de esta noche; que tengáis presente que Yo soy vuestra luz primera,
la promesa divina, el Maestro incansable que trabaja para hacer a vosotros espíritus
perfectos, dignos de Dios.
07-202.05
Quiero estar con vosotros, aunque sea una hora tan sólo, pero de tal manera que
os sea imposible separaros de Mí; mirad que vengo a llenaros de ternura, de
esperanza y de bálsamo y quiero que recordéis que en una noche como ésta vine
al mundo, para enseñaros con mi vida y ejemplos el camino que conduce al
"reino de los cielos".
07-202.06
Acercaos a Mí, para que recibáis en vuestro corazón la esencia de esta
palabra y vuestra oración, que en silencio se escapa de vuestro corazón, se
una a todos los cantos de los cielos y de la tierra en esta hora solemne.
07-202.07
Orad todos, orad por los pobres, por los tristes, por los cautivos, por los
enfermos, por los huérfanos; orad, para que vuestros pensamientos vayan a ungir
al que sufre, a alentar al triste y a enjugar las lágrimas del que llora.
07-202.08
No hay uno de vosotros, por duro que sea vuestro corazón, que en estos
instantes no se dulcifique; mas os digo también que para pensar en los demás,
es menester olvidarse de sí mismo; entonces sí, ellos, vosotros y Yo, seremos
uno en esta hora de comunión espiritual.
07-202.09
He venido a visitaros en vuestra soledad, y al cesar mi lección de este día,
dejaré como huella de mi presencia una fragancia que será inolvidable para
este pueblo
07-202.10
Dejad que Yo recoja las flores marchitas que vuestro corazón lleno de tristezas
y de heridas me presenta, y ahí dejaré encendida una lámpara de fe y de
esperanza
07-202.11
Vuestro corazón es lo que hoy busca mi Espíritu para surgir nuevamente en el
corazón de la humanidad
07-202.12
De cierto os digo que cuando hagáis de mis frases vuestra ley, cuando sigáis
mis pasos e imitéis mi ejemplo, comenzará a florecer en vuestro corazón el
amor divino, que al hacerse hombre hace muchos siglos, os trajo la semilla de la
inmortalidad.
07-202.13
Yo mismo vengo ahora a explicaros el porqué de este amor, ya que vosotros no lo
habéis podido comprender.
07-202.14
Vuestro espíritu se estremece escuchándome y me dice: Señor, tal parece que
yo hubiese estado con Vos en aquél tiempo, vuestra palabra todo me lo recuerda;
¿Quisieseis sacarme de esta duda, Maestro?
07-202.15
En verdad os digo que en aquel tiempo, espíritus y hombres, todos fueron
testigos de mi venida y de mi obra en el mundo.
07-202.16
Vuestro espíritu es el mismo aunque haya vivido en otro mundo o habitado en
otro cuerpo. Hoy llora con otros ojos, pero su ser es el mismo, y sus
interrogaciones las mismas; también me pregunta, trata de contemplarme o de
descubrirme y entonces Yo les digo que no tema, que se serene y se dé cuenta de
que la vida en el infinito es una constante interrogación y que, para entender
las divinas lecciones, es necesario ser humilde, perseverante y de gran fe.
07-202.17
Queréis entender muchas veces primero lo grande y después lo pequeño, mas
empezad por conocemos; analizaos a vosotros mismos, interrogaos y veréis cómo
empezáis a alimentaros con el fuego de vuestro ser, ya que Dios lo encendió
con el fuego de su Espíritu Santo.
07-202.18
Vagamente comprenderéis esta enseñanza, porque sabéis que no podéis tener más
luz que aquella que corresponde a vuestra evolución, pero Yo os aseguro que
aquellos que sepan buscarme en el interior de su ser, en el templo de su propio
espíritu, ésos pronto obtendrán respuesta a aquellas preguntas que por siglos
no habían podido hallar su explicación.
07-202.19
Si en el hombre existe rebeldía ante lo espiritual, es natural que su pequeñez
no pueda juzgar lo infinito y por mucho que el Maestro os hable de la grandeza
del Padre, no alcanza a concebir lo que esa verdad encierra.
07-202.20
Debo deciros que os estoy hablando de aquel conocimiento que de Dios debéis
tener, porque abarcarlo todo, penetrar y conocerlo como quisierais, eso no podéis
alcanzarlo.
07-202.21
Sólo Dios conoce verdaderamente a Dios, os dice el Maestro.
07-202.22
Percibid, pueblo, el silencio profundo con que el universo saluda en esta hora y
rinde culto a su Señor. Todo entra en dulce sumisión, en sublime contemplación,
en profunda adoración.
07-202.23
Es que todos los seres y todo lo creado saben que estoy dando mi palabra, la
misma palabra que habló en labios de Jesús, a la cual obedecían los hombres y
los elementos, a la cual cedían las enfermedades incurables y ante la cual se
levantaron los muertos.
07-202.24
En esta noche de fiesta espiritual para el que sabe prepararse y elevarse, tenéis
en lo invisible, en lo intangible, la presencia y la visita de aquellos seres a
quienes llamáis ángeles; y si en verdad supieseis apartar de la materia a
vuestro espíritu, contemplaréis los campos, las ciudades, los hogares y el
espacio iluminados con el brillo celestial de innumerables seres, mensajeros de
luz, de paz y amor.
07-202.25
Los cielos se acercan a la tierra y su luz busca lo mismo al que se detiene a
recordar, que al que se ha olvidado de la verdad espiritual.
07-202.26
¡Alegraos, oh humanidad, alegraos al menos por esta noche, ya que aún no sabríais
retener por siempre esta paz!
07-202.27
Alegraos con sana alegría del corazón, que es ternura y retorno a la bondad.
Alegraos, sí, con gozo del espíritu, que es iluminación eterna.
07-202.28
Noche Buena llamáis a esta noche los que recordáis cuando el Rabí llegó al
mundo.
07-202.29
Bajo el influjo divino de esos recuerdos, los seres se acercan, se evoca al
ausente, se perdonan las ofensas, se reúnen las familias, se visitan los
amigos, se llenan de esperanza los corazones, todos parecen esperar algo
desconocido que no aciertan a definir, en la noche en la cual los hombres ponen
un Poco de ternura en la dureza de su corazón, y algunos un poco de
espiritualidad sobre su materialismo. Mas Yo os pregunto: ¿Creéis que sólo
esta noche sea digna de llamarse buena por los hombres? ¿No podríais, con un
poco de amor, hacer buenas todas las noches y los días de vuestra existencia, a
fin de que vieseis que toda la vida sin excepción de un instante es buena?
07-202.30
Me decís: Es la noche en que recordamos cada año aquella en que llegasteis a
nuestro mundo para traeros un mensaje de amor, y Yo os respondo, que aquella
hora mareó el momento en que nació el hombre en quien vino a encarnarse el
"Verbo", pero que mi Espíritu tan cerca estuvo entonces de los
hombres, como lo estuvo antes y como está ahora.
07-202.31
Pero mientras no llevéis una vida diaria apegada en todo a la ley, a la verdad
y al amor de los unos hacia los otros, al menos procurad estar unidos
espiritualmente en esta noche de recordación.
07-202.32
Buscadme todos, venid todos a Mí, pero venid mansos y humildes, esperándolo
todo de la caridad de vuestro Señor.
07-202.33
Nadie venga con grandeza o vanidad, porque os digo que os prefiero menesterosos
y pecadores, pero humildes, tratando de lavar vuestras manchas en las aguas
cristalinas de mi perdón.
07-202.34
¡Ah si pudieseis venir Conmigo en espíritu y contemplar desde aquí toda la
miseria de la humanidad!
07-202.35
Si los poderosos, los ricos y los que viven rodeados de comodidades quisiesen
estar Conmigo esta noche, Yo les llevaría en espíritu a los lugares de dolor y
de pobreza que ellos no quieren ver.
07-202.36
Entonces les diría: Dejad por un momento vuestra fiesta y recorramos juntos los
sitios donde viven vuestros hermanos los pobres, veamos cómo viven ellos esta
noche bendita de tristezas para unos y de fiestas para otros. No temáis, les
diría, que sólo unos instantes os pido y luego podréis retornar a vuestro
festín y a vuestra alegría; entonces les llevaría de sitio en sitio y les
mostraría a una madre anciana, que en la soledad de su mísera alcoba llora la
pérdida de sus hijos, que eran su esperanza, los cuales le fueron arrebatados
por la guerra.
07-202.37
Esa mujer vive sólo de recuerdos y de oraciones; mientras hay muchos que llegan
a embriagarse de placer, ella apura su cáliz de amargura. Su espíritu sólo
espera la hora de dejar este mundo y penetrar en la eternidad, porque su
esperanza en los hombres hace tiempo que ha muerto.
07-202.38
Después les mostraría a la niñez, vagando entre la humanidad que no respeta
la vida de su semejantes, no ama ni comprende al necesitado.
07-202.39
Yo haría que esos hombres escuchasen las interrogaciones tan profundas de los
niños, que en su inocencia humana se preguntan el Por qué de tanta injusticia,
de tanto odio, egoísmo y crueldad.
07-202.40
Luego les llevaría hasta aquellos lugares, donde se ahogan los ayes y lamentos
del enfermo, del que ha visto doblarse su cuerpo, como se quiebra una rama
cuando azota el huracán; son los enfermos, los vencidos, los olvidados.
07-202.41
Más tarde haría que las puertas de las cárceles nos dieran paso, para que
contemplaran los millares de seres que han caído en las tinieblas del
cautiverio por falta de amor, de caridad, de luz, de justicia, de paz.
07-202.42
Y así, de sitio en sitio, les presentaría en un solo cuadro toda la miseria y
el dolor que han producido las ambiciones, la codicia, el odio, el materialismo
y la sed incansable de poder de los envanecidos con su falso poder, de los que,
creyéndose poderosos, no lo son, ni dejan poseer a nadie lo que a cada quien en
justicia le corresponde.
07-202.43
Pero no les llamo, porque sé que, aunque en su conciencia se escucha mi voz, se
hacen sordos a ella.
07-202.44
Mas vos, pueblo, que me estáis escuchando, que sabéis de privaciones, de
soledad, de frío y de orfandad también y que por lo tanto vibráis junto con
esa humanidad que llora su hambre y sed de justicia, venid a Mí, y juntos
visitemos en espíritu a los enfermos, a los tristes, a todos los pobres y
olvidados del mundo.
07-202.45
Venid, para que veáis cómo extiendo mi manto y lo uno al vuestro para cubrir
amorosamente a toda la humanidad; venid para que escuchéis mi voz espiritual
diciendo a los que lloran: No lloréis más, no estéis tristes, despertad a la
fe y a la esperanza que son luz en el sendero de la vida; de cierto os digo que
si volvéis a orar y a velar con fe verdadera, estos días de dolor para la
humanidad serán acortados.
07-202.46
Sí, pueblo, amado, desde ahí, desde el asiento donde reposáis para
escucharme, podéis dejar que vuestro espíritu se acerque a mi morada, para que
contemple, comprenda y sienta mejor la tragedia de los hombres, de sus hermanos.
07-202.47
¿Veis aquellas muchedumbres, que llenas de animación se encuentran? Son
soldados que han dado breve tregua a su combate para ofrendarme unos minutos de
oración y de recuerdo; pero su alegría y animación son ficticios; comen y
beben para calmar sus penas, mas en su corazón hay un gran dolor. Sufren,
pueblo, sufren mucho y sobre todo en esta noche que es para ellos de tortura
cada recuerdo es una espina, cada nombre o cada rostro que evocan es una herida.
07-202.48
Mientras vosotros tenéis, paz a pesar de vuestras, pobrezas, mientras vosotros
podéis ver a vuestros padres, hijos y esposas, ellos tienen que respirar la
amargura de no poderles estrechar y la angustia de pensar que tal vez no volverán
a mirarlos.
07-202.49
muchos, muchos de ellos sufren segando vidas, destruyendo hogares y ciudades,
sembrando dolor, luto y lágrimas, y entonces creen haber perdido todo derecho a
volver al hogar, a la paz, al seno de los suyos.
07-202.50
Yo sé que muchos de ellos no son culpables, no llevan odio ni perversidad en el
corazón; sé que son víctimas, son esclavos e instrumentos de los verdaderos
malvados.
07-202.51
Sólo Yo puedo rescatarlos, sólo mi amor puede cubrirles; están solos en el
mundo.
07-202.52
Vos, pueblo, que no podéis imaginar lo que esa prueba significa, pero que hoy
por mi palabra habéis sido tocados en vuestras fibras más sensibles, enviadles
vuestros pensamientos llenos de caridad y de luz, porque en verdad os digo, que
ellos, sin saber porqué, se sentirán fortalecidos y alentados a orar y a
esperar, que al fin la guerra fratricida cese y en vez del ronco estruendo del
combate, sus oídos vuelven a escuchar aquellas dulces frases que dicen:
"Paz en la tierra a los hombres, de buena voluntad"
07-202.53
Orad, pueblo, y con ello haced que el mundo espere la luz de un nuevo día; que
los hombres recuerden mi promesa, aquella que habla de tiempos mejores, de
espiritualidad y bienandanza.
07-202.54
También a vosotros os digo: Vamos ahora al corazón de los niños y busquemos a
aquellos a quienes todo les falta. Miradles; duermen, en su sueño no hay
reproches para nadie, aunque su lecho es muy duro.
07-202.55
La mesa hoy no tuvo pan, sin embargo descansan confiados en el nuevo día.
Visten harapos, mas no sienten vergüenza, porque son inocentes y sonríen
aunque a sus cuerpos les falte calor. Son ángeles en la tierra, porque en sus
sonrisas sin maldad reflejan algo de la pureza de los cielos.
07-202.56
¡Oh inocencia! ¡Cubridles con vuestro fino manto porque de ellos es el
"reino de los cielos"
07-202.57
Llamáis todos Noche Buena a esta noche y Yo derramo lluvia de bendiciones sobre
todos mis hijos.
07-202.58
Sabed que Yo soy vuestro y vosotros míos. Recordad que os probé mi amor
viniendo a vivir entre vosotros los humildes, naciendo en la pobreza, luchando
entre abrojos y muriendo en la ignominia.
07-202.59
De Mí no podéis decir que no os comprendo, porque no sólo he visto vuestros
dolores sino que los he vivido.
07-202.60
Os hablo también de los ancianos, de aquellos que ha tiempo dejaron la
primavera de la vida y ahora sienten el frío del invierno. Con la vejez va faltándoles
la fuerza, la energía, la salud; el trabajo se hace pesado, los miembros se
tornan torpes y ya no, se les solicita para desempeñarlo.
07-202.61
Así, los ancianos se ven excluidos de la lucha de los demás, se ven
abandonados y su corazón abatido tiene que hundirse en la tristeza y tiene que
conocer la necesidad la miseria, el hambre, la soledad. Os hablo de ellos,
porque necesitan también de vuestra ayuda y consuelo. Amadles, pueblo y tendréis
derecho a sentaros en la gran mesa del banquete espiritual, donde os diré:
Bienaventurados vosotros que a imitación del Maestro supisteis comprender a
todos los que sufren.
07-202.62
Empezad así a desarrollar la caridad en vosotros y entonces tomaré vuestras
manos para hacer pasar por ellas mis bendiciones y nunca os volveréis a oponer
a que tome lo vuestro para darle a vuestro hermano, para que cuando me digáis:
Señor, todo lo mío es vuestro, lo digáis con el corazón.
07-202.63
Si en vuestra vida habéis practicado la caridad, continuad haciéndolo; mas si
no, entonces empezad con el primer necesitado que llame a vuestra puerta, ya sea
un enfermo del espíritu o del cuerpo, un corazón desolado, una viuda, un
anciano o un niño.
07-202.64
Pensad que los verdaderos necesitados representan a Jesús, que Él viene en
cada uno de ellos para deciros: "Sed tengo", sed de que os améis los
unos a los otros.
07-202.65
¿Será posible que el corazón de los hombres no se conmueva ante los grandes
cuadros de dolor y de miseria que presenta esta humanidad? Sí, sí es posible;
Yo veo a los que no padecen miseria acariciar con su mirada las riquezas que
poseen, con más cariño que a los seres, hijos de Dios.
07-202.66
Pueblo amado: Me habéis acompañado en estos breves momentos a visitar a los
necesitados, por ello, benditos seáis; no creáis que me olvido de los ricos y
de los poderosos, porque aunque en apariencia no me necesitan, Yo soy quien
mejor sabe su miseria y sus amarguras y quien mejor conoce sus desgracias; pero
hoy creen tenerlo todo; entonces, ¿Para qué acudir a Mí si soy, según ellos,
el Cristo de los enfermos, de los parias, de los tristes? No saben que mi misión
es salvarlos del falso esplendor para darles la verdadera y eterna felicidad.
07-202.67
Además de vosotros, ¿Sabéis quién ha escuchado con ternura mi palabra y ha
sentido vibrar de amor su Espíritu? María, pueblo amado, el Espíritu materno
que habita en el seno del Creador y cuya esencia estará siempre unida al
recuerdo de Jesús.
07-202.68
Su paso por el mundo, aunque más largo que el mío, porque llegó antes y se
fue después, fue corto; sus palabras breves y dulces fueron una caricia
celestial.
07-202.69
Sentidla en Espíritu, amadla y buscadla espiritualmente; sabed que en cuantas
obras de caridad hiciereis, Ella estará con vosotros, que sobre el mundo
doliente y sangrante tiene extendido su manto de intercesión y de ternura y que
en cada una de vuestras quejas o pesares podréis escuchar una voz que os
responde con ternura: No temáis, aquí estoy Yo, confiad.
07-202.70
Así, pueblo, habéis estado Conmigo; mí hálito ha penetrado en vuestro corazón
en esta noche bendita y os he hecho olvidar toda penalidad.
07-202.71
Orad, para que la luz de vuestro Salvador sea guía y os conduzca a través de
este mar tempestuoso que hoy cruzáis.
¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!